El Dr. Edward Bach fue especialista en patología, bacteriología y homeopatía. Nació en 1886 en las afueras de Birmingham y comenzó sus estudios de medicina en 1906 en la Birmingham University para trasladarse más tarde al University College de Londres, donde completó sus estudios en 1912.
Para Bach, la creencia de que el estado mental podía tener un efecto directo y muy poderoso sobre la salud física, se confirmó con la experiencia y cuando descubrió los escritos de Hahnemann sobre homeopatía pensó que al fin había encontrado el tipo de tratamiento natural que buscaba.
Bach había estado trabajando con las bacterias, pero quería encontrar remedios más puros. Empezó a recolectar plantas y en particular las flores -la parte más desarrollada de una planta- con la esperanza de reemplazar los nosodes con una serie de de remedios más suaves.
En 1930 decidió abandonar su lucrativa consulta de Harley Street y marchó de Londres con la determinación de dedicar el resto de su vida a un nuevo sistema de medicina, que estaba seguro de poder encontrar en la naturaleza. Después de años de ensayos y errores que implicaban la preparación y las respectivas pruebas de miles de plantas, encontró en una el remedio que buscaba. Cada uno estaba enfocado a un estado mental o anímico específico ya que se dio cuenta de que al tratar las personalidades y sentimientos de sus pacientes, sus desdichas y sufrimientos físicos se aliviaban de manera natural, al desbloquearse el potencial de curación de sus cuerpos.
Medicina vibracional: los seres humanos son como redes de campos complejos de energía en interfaz con los sistemas físico/celulares. La medicina vibracional utiliza formas especializadas de la energía para actuar positivamente sobre aquellos sistemas energéticos que pierden su equilibrio por el estado de enfermedad. Al devolver los equilibrios a los campos de energía que contribuyen a regular la fisiología celular; la medicina vibracional intenta restablecer el orden en un plano más alto de la funcionalidad humana.
Las flores y plantas reciben las energías del sol, del agua y de la tierra y es esta combinación la que las hace tan preciosas. La simbiosis entre estas fuerzas permiten que la naturaleza de las esencias ayuden a reequilibrar nuestra propia energía y recuperar la relación positiva con la vida gracias al llamado Patrón Transpersonal que, basado en el principio de analogía nos permite identificar el modelo vibracional genérico en desequilibrio o desarmonía vibrando en la misma frecuencia que lo hace la esencia floral y, por tanto, es susceptible de ser tratado por ella.
Los preparados del sistema del Dr. Bach son fáciles de tomar, una dosis de gotas determinadas veces al día será suficiente para que la esencia vaya haciendo su trabajo.
La toma de la fórmula, siempre personalizada, puede durar de uno a tres meses dependiendo del caso.
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